La resurrección de la moto catalana

La resurrección de la moto catalana


Las marcas locales encaran una segunda oportunidad con nuevos proyectos 100% eléctricos y la reavivada de los históricos del trial.

La industria de la motocicleta catalana quiere pasar página del período de economía de subsistencia y repliegue de los últimos años. El goteo de productos se da tanto entre los que han sobrevivido a la crisis, una serie de pequeñas empresas muy orientadas a la motocicleta de montaña, como entre una serie de nuevas compañías que irrumpen en un campo aún muy virgen: el de la moto eléctrica El camino de futuro viene marcado por los dos frentes. Por un lado, lo que los fabricantes locales han demostrado que saben hacer muy bien, especializándose en moto de trial, enduro y otras modalidades, explica Pep Palà, gerente del clúster catalán que agrupa fabricantes de motos y proveedores. Por otro, el aire fresco que aportan las nuevas empresas que quieren tomar posiciones de cara al futuro en ámbitos como el de las baterías eléctricas en los vehículos de dos ruedas, añade.

En 2009 Montesa no fabricó ni una sola unidad de sus históricas motos de trial que este año celebran los 70 años de su nacimiento. Un año después, en 2010, en produjo sólo 30 unidades destinadas íntegramente a competición. Hoy, sin embargo, el presente de la marca -propiedad del grupo japonés Honda desde los años 80-es del todo diferente. "Algunos nos daban por muertos, pero estamos en un auténtico revival", explica Gerard Bosch, director de la fábrica de Montesa Honda en Santa Perpètua de Mogoda. Este año la producción de motos Montesa llegará a las 1.900 unidades, y en 2016, si todo va como la marca espera, el incremento será de más del 50% gracias al nuevo modelo, la Montesa 4RIDE, que lanzará al mercado a partir del mes de enero para captar nuevos clientes aficionados a la moto de montaña.

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